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El Mejor Regalo es Cuidarse a Uno Mismo
Sólo el 18% de los portugueses hace ejercicio regularmente. Esta cifra nos sitúa entre los países europeos más sedentarios de la Unión Europea. A primera vista, este tema sólo sería relevante para las personas que buscan un determinado tipo de aspecto físico. Para cualquiera que sea deportista, o que disfrute practicando algún tipo de deporte o ejercicio, sabe que mover el cuerpo va mucho más allá de su apariencia.
El ejercicio físico tiene el efecto de reducir las hormonas relacionadas con el estrés, es decir, la adrenalina y el cortisol. Aunque sometemos a nuestro cuerpo a estrés cuando hacemos ejercicio, este estrés no se procesa de la misma manera que el estrés mental. De hecho, casi parece como si utilizáramos el estrés acumulado en el cerebro como combustible para mover nuestros músculos. Es fácil pensar en esta idea cuando sentimos que necesitamos "descargar" nuestra energía.
Además de su efecto reductor, el ejercicio físico también tiene un efecto promotor hormonal. Esto significa que no sólo reduce las hormonas asociadas al estrés, sino que también estimula la producción de endorfinas, hormonas responsables de un estado de ánimo más positivo e incluso de reducir los síntomas de dolor o malestar. Aunque parezca contradictorio, la sensación post-entrenamiento puede ser como salir de un baño caliente, sólo que exponencialmente más beneficiosa.
Además de los efectos hormonales, existen efectos personales y sociales que hacen que este hábito sea especialmente atractivo. La socialización con otras personas, el efecto equipo, el apoyo motivacional... hacen del ejercicio una experiencia conjunta. En mi caso, la experiencia que he tenido en todos los deportes que he practicado siempre ha sido más enriquecedora y gratificante cuando ha sido compartida, y me ha dejado amigos para toda la vida. Esto sucede por varias razones, pero sobre todo compartiendo adversidades que, aunque ficticias, se pueden superar juntos.
Nuestra forma física mejora inevitablemente. Y con esa mejora viene una sensación de mayor confianza que nos hace sentir súper. Nuestra sensación de control y capacidad para realizar determinados ejercicios contribuye a nuestra percepción de la superación de pequeños retos cotidianos en otras áreas de nuestra vida, y de repente sentimos que la vida empieza a irnos mejor, cuando en realidad fuimos nosotros quienes desencadenamos esta reacción.
El aumento de la oxigenación de la sangre, que favorece el mantenimiento de capacidades como la cognición y la memoria, y la mejora de la calidad del sueño derivada del esfuerzo físico, también pesan a la hora de mejorar nuestra calidad de vida en su conjunto. Al mismo tiempo, nos ayuda a entrar en un estado de flujo que nos permite abstraernos de los retos que nos deparan nuestros días. Nunca he sentido ese "subidón del corredor", pero mi entrenamiento es uno de los pocos momentos del día en que siento que todo lo que me rodea desaparece y sólo estamos las pesas y yo.
Como todo el mundo, sufro estrés en el trabajo. Es normal, pero todos sabemos que hay estrés y ¡ESTRÉS! Según los datos recogidos por LPATS, más de la mitad de los trabajadores portugueses tienen un alto riesgo de burnout. Lo que esto significa es que estas personas se encuentran en tal estado de estrés acumulado que en cualquier momento pueden dejar de ser capaces de hacer frente a los factores estresantes de su vida cotidiana, culminando en un estado apático y casi inerte. Teniendo en cuenta lo que nos muestran estas cifras, cabría esperar que al menos el 50% de la población estuviera intentando combatir activamente el principal factor responsable de este debilitado estado de salud mental, lo que claramente no es el caso.
Una de las cuestiones básicas que conducen a este tipo de negligencia es la falta de alfabetización en lo que respecta a la salud mental y su estrecha relación con la salud física. Esta última sigue estando desatendida o, alternativamente, disociada del cuerpo en muchas circunstancias, siendo ambos comportamientos altamente perjudiciales para el bienestar de nuestra población. Los trabajos realizados hasta ahora en este sentido se quedan cortos. El ejercicio en sí, y todas las cosas de las que hablamos que implica, también permiten momentos para que las personas se abran, compartan sus problemas internos y, finalmente, den pasos para resolverlos.
En conclusión, depende de cada uno de nosotros encontrar el tipo de ejercicio que nos apasione, que nos motive y con el que disfrutemos, para poder incorporarlo a nuestra rutina y, como resultado, aportarnos todos los beneficios mencionados anteriormente, llevando nuestra salud a un estado más positivo y sostenible.
Nadie mejor que BOOMFIT para ayudarnos.
¡Felices Fiestas!
João Francisco Lima
VÍDEO: El Mejor Regalo es Cuidar de Uno Mismo
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